martes, 25 de marzo de 2014

22, 23, 24 / 03 / 2014 - Miau

Fue de agradecer la visita que tuve el sábado, bastante agradable, pero demasiado fugaz a mi parecer. Disfruté, pero no de la manera más exprimida posible. A veces pienso que no soy yo el único que tiene que concienciarse de que a partir de julio dejaré de tener piso propio y que todas estas ventajas gaditanas de las que dispongo y puedo ofrecer ahora se disiparán. Carpe diem.

Entre ratos y en mis huecos libres del domingo continuaba leyendo Moll Flanders (260/376) y estudiando para el examen del próximo día, pero necesitaba desconectar, por lo que por la noche llamé a dos comp... amigos que he hecho en Teatro y les propuse ir a pasear por la playa, y así hicimos. Gloria y Miguel fueron mi compañía esa noche y por lo visto, seguirán siéndola durante muchas noches, tardes y mañanas más. Me gusta la rapidez con la que hemos consolidado el grupo (trío) "Miau" o "Miazuh" (en un tiempo os diré con cual de los dos lo hemos bautizado) y lo bien que hemos encajado los tres, creo que si seguimos así llegaremos bastante lejos. Y no, no me olvido del primer grupo y más veterano que he hecho aquí; Loh Intraleichon.

Después de haber acordado una propuesta de matrimonio antes de irme a dormir, hice un último repaso a los apuntes, vi un capítulo más de Death Note (sí, me está encantando) y a la cama, un par de horas solo, ya que a las 7 debía estar en pie, y juraría que no logré conciliar el sueño hasta las 3... o 4... o algo más.

El lunes fue un día bastante cálido, me desperté de buen humor, con mucho cansancio pero sin sueño (al no haberme acostumbrado a la cama) y junto a Marta, me dirigí a la facultad, donde permanecería nueve horas encerrado. Hice el examen y tanto el Use of English como el Listening me salieron muy bien, por lo que salí contento de allí. Durante la hora del almuerzo había estado con Miguel en el parque Genovés y también a la salida. Estuvimos un rato en La Caleta, y a decir verdad, el agua estaba bastante apetecible y templada, una pena que hiciese viento y sólo me mojase los pies. También nos tomamos un  café, le presenté a Marta y me acompañó hasta la estación por la noche; volvía a mi pueblo con las pilas recargadas de espíritu gaditano, espero que me dure. Debo agradecerle a Miguel el buen lunes que pasé.

¡Ah! Y sólo como dato adicional; hay una chica llamada Mariló que es compañera de piso nuestra, y existe, es real y volátil, no es un holograma, ¡para que no la olvidéis!

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