Una de las mejores duchas que me he dado en mucho tiempo, templada y rápida, despertándome y recordándome que el examen de ese día no era un examen cualquiera, que me había leído y sufrido todos los libros y relatos y había investigado lo suficiente como para que jugaran conmigo. Mi inseguridad y yo nos vestimos juntos, pero le dí un beso y la dejé en la cama, tras el examen volvería con ella y tendríamos sexo de nuevo.
Llegó el examen... y genial, no sé si he aprobado o suspendido (jamás me he confiado en un examen, jamás) pero yo salí contento y con haber soltado casi todo lo que tenía que decir, quizá me podría haber explayado un poco más pero también hay que saber ser breves y eficaces.
Cuando terminé estuve un rato en el Mentidero con Luis y Leonor, y luego con Marta, a quién también le había salido muy bien. Teníamos mucha hambre, así que un paquete de patatas que no iba a durar ni al llegar al piso. Almuerzo y esas cosas de vivir solo y a mi cuarto a estudiar los cuatro exámenes que aún me quedan mientras Marta roncaba cual delfín en celo.
Ahora viene el mejor trabajo en equipo posible; mientras Marta se puso a limpiar un poco el piso, que nos quedan diez días de disfrute, repito di-ez dí-as, yo me fui a la playa a pasear, tomar el sol y la brisa y leer un poco de Moby Dick mientras veía chicos y chicas de buen ver pasar, pero no, no ligué, mis armas de seducción no estaban muy altas ese día.
Volví y tras estar un rato con el sexy de Manu y haciéndo preguntas chorras a los de Izal, Marta se puso a hacer nuestra cena mientras yo tendía la ropa, que por cierto, aún sigue arriba (espero que ahí y no en el parque Genovés, porque viento hace) y sacaba la basura. Una cena muy champiñona mientras veíamos como un hijo emo se peleaba con su padre por la tele al estilo Mortal Kombat.
Todo el rato mirando el reloj para que marcara las 00:00 y fuese el primero el primero en felicitar a alguien especial, luego de eso hice cosas productivas, me toqu... vi el último capítulo de Hellsing Ultimate (ya tardáis en verlo) y mantuve una conversación inolvidable con alguien que ya conocía pero no lo sabía y no me di cuenta hasta al día siguiente de que estuve hablando como si fuera con un desconocido con una persona que ya conocía, paradojas de la vida.
Y a dormir, mañana toca... nah, mañana haré lo que me apetezca.
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