El martes llegué al piso, por la noche, charlas con Mariló y ordenando las cosas que traía, estudié un poco de Alemán ya que tenía examen al día siguiente, pero nada, un repaso de diez minutos. Había un misterioso trozo de pastel en mi balda de la nevera, misterio que se desvelará al final de la noche.
Luego llegó Miguel, el fornido policía que en vez de combustible utiliza Red Bull, conversaciones sobre sus viajes en pareja, perros y comida, luego se fueron a "dormir", lo digo entre comillas porque en realidad estuvieron haciendo y comiendo palomitas.
Y por último la más esperada, la estrella del piso (?), ¡Marta!, después de horas de estudio en el Aulario, por fin volvió, cansada y con ganas de terminar el trozo de tortilla de papas que a mi me sobró (parte de su dieta), luego nuestras típicas charlitas y a dormir, debía estar despejado para el examen.
Y lo estuve (y salió bien), pero no lo suficiente como para no olvidarme el paraguas, así que el que se lo ha quedado, espero que no se moje (ni tampoco moje).
El miércoles y jueves lo voy a resumir con una lista de palabras claves: trabajo, literatura, tendedero, chuches, facultad, copistería timadora, dinero, tren, maleta, Madrid, nos vemos.
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