Estos días escribiré menos y de manera más apática, ya que no estoy en mi mejor momento y me tomo los días con más calma, aún así, sigo siendo yo, el mismo piso y los mismos compañeros, compañeros a los cuales les pedí que me despertasen pero fui yo el que se levantó primero, incongruencias de la vida.
Ese día empezaba las clases, y tenía que madrugar (como de ahora en adelante), pero no hubo mucho problema, me levanté bien, buenos profesores (o esa es la impresión), y luego buena tarde de paseo y 100 montaditos.
Cuando me quedé solo en el piso, después de haber llegado y bla bla bla, le pedí a Marta que me comprase un despertador, y así lo hizo, su pista para que adivinase cual me había comprado fue "Disney", a lo que yo dije "Blancanieves", no, "Tarzán", no, "Rey León", no, Anastasia, no, "Nemo", no, "Jorobado de Notre Dame", no, y un largo etcétera, hasta que dije "Toy Story" como última opción y... bingo!
Tarde corriente, noche corriente, cena corriente y madrugada corriente, volvía a madrugar al próximo día y tenía que acostumbrarme a acostarme más temprano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario