miércoles, 9 de octubre de 2013

08 / 10 / 2013 - De aquí para allá

Ojos rojos, pelo estropajo, ropa arrugada, andares de zombie y sueño, mucho sueño. Eso es lo que me espera cada mañana en la que haya dormido poco.

Salí de casa, ya listo y preparado sin haberme olvidado nada (siempre que no contemos la dignidad), y llegó la duda; ¿cual de los 326 caminos distintos para llegar a la facultad debería coger? Obviamente, ese día me sentía bucólico y había salido justo en pleno amanecer así que sí, como ya habréis adivinado, escogí por los tejados... ¡que no!, bordeé la costa entera, disfrutando de la brisa marina, los de la tercera edad paseando, el mar y las gaviotas quitándose sus legañas lagañas.

Primera clase con un profe encantador, luego otra con otro no tan encantador, vuelta a casa, almuerzo y vuelta a la facultad, a casa de nuevo, ronda de series de "Con pelos en la lengua", que ya que habéis conocido a Marcos, ¿no creéis que también debéis conocer a Cris?

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