martes, 29 de octubre de 2013

28 / 10 / 2013 - ¿Qué ocurre en dos meses?

Así empecé el día, dejándolo en el aire, bueno, en facebook, y durante todo el día fui recolectando posibles respuestas, en su mayoría correctas, sí, pero todas erróneas, ¿por qué?, si todo el mundo fallaba, nadie creería que tendría la respuesta correcta, por lo que más gente lo intentaría y ofrecería otra opción, por lo que la palabra "Mal" protagonizó el día de ayer. Las respuestas que recuerdo y recopilé fueron; "Que termina el año", "Vejez", "Mi cumpleaños" con un 'jeje' añadido, "Fin del mundo", "Hanukah", también me dijeron "el 21" alguien con una semana de retraso, con cariño y amor, pero nadie dijo que en dos meses sería "28 de diciembre" ni "El día de los Santos Inocentes", que son las dos más importantes de las pocas que faltaban.

Dejando este tema, ayer me levanté con mucho sueño, pero con ganas, iba decidido a ir a todas las clases, atender en clase y trabajar mucho, pero todo cayó en picado. Me encontré a mi buen compañero Edu, y para mi sorpresa, tenía examen en la tercera y cuarta hora, además de un listening y un debate frente a toda la clase. No me acordaba de nada, y como no había mirado el plan de estudios, pues no lo sabía, así que no tuve más remedio que volver al piso a coger el portátil, saltarme las dos primeras clases y estar unas 4 horas y media estudiando y preparando el debate para volver al piso a contrarreloj tras 2 horas de examen, comer a puro contrarreloj y volver totalmente sulfurado y acalorado para otras 2 horas de debate y vuelta al piso, más vueltas y me explota la cabeza.

Volviendo al tema de los Santos Inocentes, me he tomado la libertad de hacer un preludio dos meses antes de ello, y es que Íker Jíménez estuvo en mi debate colaborando en los turnos, ¿tas seguro?

Era cerca de las 18.00 cuando volví al piso, ya no había sol y empezaba a anochecer, no es cuestión de quejarse ya que por la mañana ya no es de noche, una cosa compensa la otra.

Me quedé pegado al sofá horas hasta la noche, sólo me despegué para mis necesidades fisiológicas, cenar, ducha relajante y atender a mis invitados, Manu y Nerea, que cenaban esa noche en el piso, con quienes marujeamos sobre "La voz".

Poco falto después de que se fueran para tirar hacia mi cama y quedarme frito, había sido un día durísimo, hacía mucho tiempo que no tenía tanto estrés, pero mereció la pena, me salió todo redondo.

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