martes, 8 de octubre de 2013

07 / 10 / 2013 - Hombre misterioso

Amanecí solo, no recuerdo a qué hora ni tampoco importa, ni tan siquiera lo que hice, sino lo que vi; como cada mañana, lo primero que visito es el baño y lo primero que hago es abrir la ventana, y nada indiciaba que ese día fuese a hacer algo diferente.

Cuando abrí la ventana, justo debajo, en el callejón Osorio, un hombre. No iba muy mal vestido ni sucio, parecía un indigente pero no, tenía algo extraño. Más curioso aún era lo que estaba haciendo; mientras no hacia nada, miraba a la pared fijamente de pie, pero cuando comía algún trozo de la barra de pan que tenía, lo hacía doblado, es decir, con la espalda en horizontal. Realizó esos movimientos hasta que se terminó la barra y se fue, dejando bolsas de plástico y restos de pan allí.

No entendía nada, por eso, y por las cebras de colores, ese día me dediqué a hacer cosas productivas; una vez que había almorzado, estuve unas 4 o 5 horas sentado haciendo ejercicios o estudiante, pasando apuntes a limpio mientras mis compañeros llegaban y se volvían a ir porque habían quedado. No sólo eso fue lo único productivo que hice, también barrí la azotea, tenía ganas de verla un poco más limpia y, lo mejor del día; ver como el horizonte se tragaba el sol escupiendo un abanico de arco iris sobre el cielo y sus nubes.

Tras eso, y que la secta, digooo... los pasos religiosos me acorralasen por las calles gaditanas, quitándome las ganas de pasear, volví al piso. Noche tranquila; cena, ducha, charlas con Alex y sus programas de televisión, sorbete de limón y horas y horas de "Con pelos en la lengua", ¿aún no conocéis a Marcos?

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