sábado, 12 de abril de 2014

10, 11 / 04 / 2014 - Bailar el agua

Lo que hoy mencionaré rápido de estos dos días será, aunque suela ser al revés, las clases de Teatro, ya que en estos dos días solamente hemos leído el guion de la obra que representaremos en Mayo, nada más interesante.

Bueno, para ser sinceros, en estos días han pasado muchas cosas buenas (alguna que otra mala) y no me siento con ganas de enrollarme tanto. Lo principal es que vino un amigo "zanluqueño" de Marta a quedarse a dormir en el piso. Es un chaval majo, nos tenemos una confianza increíble para conocernos de dos días, además de que trajo bebidas y me hizo bastante compañía. Dormimos los tres juntos en el cuarto de Marta, ya borrachos a las tantas y sabiendo que yo madrugaba la mañana siguiente. Lo que pasó esa noche es censu... ¡secreto!

Conseguí despertarme aquel viernes después de hora y media de sueño y cumplí con mis obligaciones. Ese día tenía que ir a mi ciudad natal, ya que las cosas allí están un poco torcidas y debía hacer acto de presencia, pero antes necesitaba despejarme e ir a la playa. Ojo, cuando yo quiero ir a la playa con alguien concreto, no es porque quiera pasear, tomar el sol, mojarme los pies o pasar un buen rato con esa persona, sino porque a veces llego a tal punto de agobio, sofoco o malestar que solamente la playa y esa persona me pueden calmar o aliviar, ya que son los únicos que no me molestan para nada. Pero no, no fui a la playa, me fui a mi casa con una calor sevillana sevillana.

No sé cuándo volveré a Cádiz, pero lo haré.

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