Exactos, tres meses justos de convivencia para Marta y para mí, todavía es mucho, pero con la rapidez que avanza algunas cosas aquí, se podría decir que es una señal para que nos vayamos acostumbrando a que esto, aunque llegue a ser tan bueno como un sueño, no es eterno.
Mi compañero de teatro Miguel me acompañó desde la estación al piso cuando llegué y se quedó un rato en el piso con nosotros. Me sentí un poco desplazado mientras ellos dos hablaban sobre las tres mil series que han visto y aún les quedan por ver, ojalá algún día traiga algún amigo al piso que no sea absorbido por las películas y series que Marta ve. Por lo tonto, me preparé una cena frutal y dejé que se hiciesen chupiamigos hasta que Miguel se fuese.
No os voy a contar nada más ni voy a tener más tacto al decir y hacer las cosas, lo siento, me gusto mucho tal y como soy.
Moll Flanders (330/376).
No hay comentarios:
Publicar un comentario