sábado, 1 de febrero de 2014

31 / 01 / 2014 - Triples finales temporales

Madrugar era la palabra maldita, pocas horas de sueño que, en cierta parte, me vino bien, ya que soy de esas personas que si he estado muchas horas en la cama y duermo poco, me cuesta mucho menos despegarme de las sábanas que si duermo las horas recomendadas o más de las recomendadas.

Lo dicho, unas cuatro o cinco horas de sueño y reluciente para salir, sin prisas, sin sacar los apuntes de la maleta ni tan siquiera echarles un ojo, hice mis cosas por la mañana; acicalarme, desayunar, preparar la maleta y cuidarme el ojo izquierdo.

Marta se fue un rato antes que yo, ella sí tenía prisa y estaba nerviosa, a pesar de saber que iba a hacerlo bien, qué cosas, eh.

Sobre las 8:40 salí del piso, cuando ya estaba en la calle volví para coger el paraguas, y a mi ritmo, fui a la facultad, llegando apenas tres minutos antes de que el examen empezase, sin haber mirado nada, siendo consciente de que podía entrar, mirar las preguntas y salir corriendo dejando todo en blanco, pero no, hice un Zúhxamen, término que explicaré algún día en Zúhmánticos y que aquí lo puedo resumir con que me puedo esperar cualquier nota sin sorpresa alguna, desde un 1 o un 2 hasta un 8 o 9, aún contando que los profesores Rafaeles van a tener piedad al corregirlo.

Me fui de la facultad a la hora, tiempo que duró mi examen y fui al piso, estuve un rato pequeño haciendo cosas y actualizando mis redes con el veloz internet que tenemos y a la hora vino Marta, quien me dijo que le había salido bien y que se iba a evaporar (dormir), y así hizo.

En los días que he estado en Cádiz apenas hemos estado juntos, por eso y por alguna razón más, quiero que los exámenes terminen ya y vuelva todo a la normalidad.

No tenía Teatro ese día ya que Juan estaba en mis queridas tierras blancas (no me da envidia, para nada), y el lunes debía estar ahí para el examen del martes, así que sin meditarlo mucho volví a hacer la maleta otro día más y me volví a mi hogar materno, hasta el lunes por la noche que vuelva.

Mi examen de literatura terminó, mis días de esa semana en Cádiz también, y además acababa el mes de enero, mes poco gaditano por lo visto, algo estresante y con movimiento, con mala salud y el ojo empeorando, así que corremos un tupido velo y que febrero sea mejor.

Ahí está el bus, ¡hasta unos días!

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