lunes, 9 de septiembre de 2013

09 / 09 / 2013 - No recordaba lo que era coger un autobús

Hoy me he despertado muy temprano; anoche dejé la persiana y ventana algo abiertas, hacía calor y me apetecía sentir la brisa gaditana por la noche mientras dormía, pero claro, cuando salía el sol, me quedé ciego y desvelado, por lo que tuve que levantarme a las pocas horas, sobre las 10 ya estaba en pie.

Hacía algo de frío, sí, echaba de menos sentir frío al levantarme en vez de despertarme sudado o acalorado. Cuando me levanté y me puse el bañador (suelo usarlo en vez de pijama), me dirigí hacia la cocina y al cuarto de Alex, estaba silencioso el piso y él no estaba allí, por lo que pensé que no había nadie. Acto seguido, me dirigí hacia el salón pasando por el pasillo corriendo (ideal para usarlo en las olimpiadas 2020 en los 100 metros lisos), me sentía libre y con ganas de hacerlo, pero frené en seco; Alex estaba en el sofá del salón con alguno de sus modernos aparatos, por lo que la exhibición de libertad al tener el piso sólo para mí lo tenía que dejar para otro día.

Tenía pensado ducharme, así que le comenté que como iba el termo y tal, cosa fácil, conseguí ducharme con la temperatura ideal y justa para despertarme por completo y sentirme fresco.

Poco me quedaba en el piso tras ducharme, ya que volvía a casa, aún me quedaban cosas por recoger. Estuve en el salón estudiando latín, asignatura de la cual me examino este viernes, mientras que Alex pactaba con el vecino el tema del internet y por fin, a partir de ello, pudimos navegar con velocidad por todos los rincones de la casa.

Marta llega hoy entrada la noche y yo mañana por la tarde, que ya estaremos los tres juntos, esto no ha hecho más que empezar.

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