jueves, 19 de septiembre de 2013

18 & 19 / 09 / 2013 - Surcando mares tempestuosos

En mi gran viejo velero amanecí, reflejado por el eco de los rayos del sol. No me encontraba solo, eramos dos en la tripulación. Mi compañero, no muy avispado, dudaba y dudaba, no sabía si tomar tierras lejanas, debía recoger sus enseres, pero no sabía que día partir, estaba bien anclado a mi hermoso barco.

Tras pensarlo durante horas, decidió partir, dejándome sin compañía en mi velero. Dediqué el día entero a descubrir los misterios que entrañaban aquel buque y encontrar los objetos perdidos y escondidos que se me encargó.

Hasta que entrada la noche, un pícaro marinero en su humilde barca y con una mochila muy llana, vino a visitarme y a pasar la noche, amenizando mi estancia. A la mañana siguiente tuvo que partir, y aprovechando que llevaba el mismo destino, me monté en su barca y a tierras cercanas juntos fuimos.

No sé aún cuando volveré a mi velero ni como, pero espero que sea pronto.

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