jueves, 12 de septiembre de 2013

11 / 09 / 2013 - ¿Quién soy?

Temprano, muy temprano, con 4 maletas descomunales, un coche cuyo conductor debo agradecer su amabilidad, me dejó en el principio de mi amada calle, a 2 minutos de mi piso.

A pesar de que la calle es corta, tardé algo más de lo normal en llegar, pues tenía que hacer pausas viendo como la gente me veía sufrir por tanto peso y no se ofrecían a echarme una mano.

Llegué, di tres viajes para subir todas las maletas, intentando que nadie se despertase, los muy flojos estaban dormidos. Creo que oí roncar a uno de ellos, pero no sé cual.

Acto seguido, saqué todo el contenido de las maletas y lo puse en su sitio, encendí mi portátil y me senté en el sofá esperando a que se despertasen.

Alex vino primero, luego Marta, parece que se había acostado bastante tarde. Después de que ellos desayunasen (yo lo hice antes de venir), decidimos dar una vuelta por el mercado los tres y comprar cosas necesarias que faltaban en el piso.

Así lo hicimos, pero sólo fuimos Marta y yo, Alex se quedó estudiando para el examen del Jueves.
Nos acercamos por el mercado, viendo todos los puestos y con la baba por lo suelos, por ir con poco dinero. Marta aprendió que soporto más el olor a pescado que a queso.

En mitad del mercado, me encontré a una de mis mejores amigas de mi ciudad, justo cuando estaba hablando por teléfono, y confirmé que es muy estresante hablar por teléfono y con alguien en persona a la vez.

Pasamos por un puesto de frutos secos, y vi piñones, de los cuales tenía antojo desde hace años, por lo que pregunté por su precio y decidí volver pronto para comprarlos.

Cuando estábamos a punto de entrar en el Carrefour Market para comprar las cosas, pensamos dar una vuelta antes por Cádiz y volver más tarde, y así hicimos.

Ya volvimos a casa después de haber paseado y comprado, habiendo sudado la gota gorda para encontrar un gel para manos.

Alex no se había movido del sitio, no tenía la sensación de que hubiese estado estudiando todo el tiempo.

Almorzamos, cada uno un plato totalmente distinto, Marta se fue a estudiar fuera y yo a mi habitación, a hacer frases en latín hasta declinarme la cabeza.

Ya entrada la tarde, Marta nos avisó para que fuéramos con ella a comprar cosas que aún faltaban, bastante difíciles de conseguir, como una papelera, tijeras de cocina, hule...

Tras un bonito paseo gaditano con el atardecer, un par de fotitos y de que Alex se comprase una cachimba, volvimos a casa, ya era de noche.

Faltaba algo para hacer una cachimba... ¿qué era? ¡papel de aluminio! Primero fuimos Marta y yo a preguntar a nuestros dos vecinos, no había nadie en todo el bloque, pero al rato fue Alex y sí estaba la vecina de abajo, algo mayor, quién a pesar de pedirle sólo un trozo, quería darle el rollo entero, muy generosa.

Tras cenar y "sofear" un rato, pusimos la cachimba (dos hicimos) y estuvimos poniendo música los tres por turnos y jugando a '¿Quién soy?'

A mí me tocó adivinar a Piraña, Shakespeare y Kiko (el de Los Caños), a Marta Tinti Winky, Augusto Pinochet y al vecino Santiago y a Alex el Machu Pichu, INCO y la madre de Marta.

Fue una noche genial, hasta las tantas y llena de risas, me estoy empezando a enamorar de esta nueva experiencia, sobretodo, por quienes la estoy viviendo.

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