No me desperté muy bien, había dormido poco, así que avisé al profesor que sólo iría a la clase siguiente, la de alemán, y me dijo que no me preocupase que descansase un poco más.
Así hice, me levanté algo más tarde, tampoco mucho, ya que el vecino de arriba se tiró toda la mañana dando golpes que parecían martillazos en mi propia cabeza.
Fui a la clase de alemán, faltó casi la mitad de la gente, así que fue algo más divertida, bueno, amena, terminé, volví al piso, almorcé y llegaron María y Marta. Ella iba a quedarse esa noche, al igual que Manu y Nerea (Laura no quiso venir al final), pero estos dos llegaban mucho más tarde.
Tenía pensado limpiar un poco el piso ese día, pero al final acabé toda la tarde recortando la decoración de esa noche, entre otras cosas, incluso después de que por la noche se fuera Marta con los otros dos a ver un espectáculo de magia, María y yo seguimos haciendo cosas, esta vez con las velas, cortinas y luz, quizá veáis alguna foto por ahí.
Lo que pasó entre María y yo, se queda ahí, aunque sólo diré que estaban bastante ricas las patatas de jamón. Los demás llegaron, cenamos, vimos algo de tele, unas risas, película todos pegados y acurrucados como esquimales sin ropa y luego a dormir junto a la china de Japón, fue una gran noche.
¡Ah! ¿Por qué le he puesto ese título? A la hora de comer Alex me tiró el rollo de papel en todo el ojo izquierdo, ¿qué será lo siguiente?
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